Los síntomas del vértigo postural benigno están muy relacionados con la idea del mareo y es que cuando una persona padece este tipo de afección, algunos movimientos, sobre todo los que tienen que ver con girar la cabeza, resultan un verdadero calvario y pueden llegar a exasperar al individuo en cuestión.
Esta afección casi siempre está directamente relacionada con una alteración en el oído. Nuestro oído es una cavidad que está recubierta de conductos que se relacionan entre sí y se conectan directamente con el cerebro que es el encargado de procesar la energía motora al sistema nervioso. El oído humano segrega una sustancia en líquido que se mueve conforme éste cambia de posición. El control del mismo es lo que regula el equilibrio.
Cuando nuestro equilibrio no responde es porque algo falla en el interior del oído por ello se dice que se sufren alteraciones. Generalmente el vértigo postural benigno se manifiesta cuando hay alteraciones notables en el oído y las respuestas del cerebro no se coordinan con la posición que tiene que tener nuestro cuerpo.
¿Cuáles son los síntomas del vértigo postural benigno?
Como ya hemos dicho, el vértigo postural benigno está directamente relacionado con el equilibrio por tanto, si sentimos que no podemos coordinar nuestro cuerpo ni nuestros movimientos es porque hay algo en nuestro interior que no está donde tiene que estar. A continuación, queremos enumerar los síntomas de esta afección:
- Pérdida de equilibrio
- Náuseas
- Vómitos
- Problemas de visión
- Tener la sensación de que «el mundo gira»
Estos son algunos de los principales síntomas que podemos encontrar dentro del cuadro genérico del vértigo postural benigno. No obstante, tenemos que valorar muchos aspectos antes de afirmar que este es nuestro problema, ya que algunos de los aspectos que hemos indicado también pueden pertenecer a otras enfermedades o deficiencias.
Por otro lado, no debemos confundir nunca los intervalos en los que hemos podido tener un vértigo ocasional o provocado por ejemplo que hayamos tomado alguna sustancia que haya podido influir en nuestro equilibrio o que hayamos hecho alguna práctica de ejercicios con los que «perdamos la estabilidad» momentáneamente.
En algunos casos, el vértigo está justificado y no porque hayamos experimentado algunas sensaciones puntuales tenemos que estar teniendo esta afección.
El vértigo postural benigno no tiene riesgos importantes sin embargo, si que resulta muy molesto para la persona que lo padece porque cualquier movimiento que implique voltear la cabeza puede suponer un reto.
El trastorno sin ser peligroso, es algo que se puede transmitir de padres a hijos o por algún tipo de accidente como puede ser un golpe fuerte en la cabeza o derivados de un traumatismo craneal anterior. También puede aparecer ligado a una infección fuerte en el oído entre otras cosas.
En cualquier caso, el diagnóstico de vértigo postural benigno se lo debe dar su médico pues, tras distintos exámenes, es él quien podrá determinar qué es lo que lo ocurre.
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