Morderse las uñas es un hábito o mejor dicho, una mala costumbre que tienen muchas personas en la actualidad. Por lo general, suele ser una tendencia que se marca desde los primeros años de la niñez y que se va desarrollando en la edad adulta casi de manera inconsciente. No obstante, es un vicio inútil y muy peligroso para la salud.
Las personas que se muerden las uñas lo hacen casi siempre para reducir su nerviosismo porque sienten que así, podrán controlarlo mucho más en cambio, esto es sumamente equívoco y normalmente morderse las uñas únicamente sirve para que nos hagamos daño en las manos. Cuando una persona adopta esta costumbre se vuelve consecutiva y es que, es un hábito que provoca determinado «placer» a quien lo practica. Algunas incluso, llegan a límites extremos en el que se producen heridas superficiales pero que a la larga, provocan un fuerte escozor.
¿Es bueno morderse las uñas?
Esta pregunta puede parecer un poco tonta, ya que la respuesta es clara y directa; ¡no! Morderse las uñas no solo no es bueno sino que supone un importante riesgo para nuestra salud por eso, debemos evitar esta costumbre por todos los medios, ya que con el tiempo pueden aparecer los efectos secundarios.
Los peligros de morderse las uñas se conocen por un lado, tenemos el factor estético y por otro lo que implica a nuestra salud. En lo que corresponde a la imagen física afecta a las manos y, los dedos y sobre todo a las uñas que, sin ser lo primordial tenerlo en cuenta servirá para que nos olvidemos de esta hábito cuanto antes. Por otro lado, tenemos lo que respecta a la salud y es que morderse las uñas puede afectar notablemente a nuestro metabolismo e higiene.
Cuando nos mordemos las uñas estamos exponiendo nuestra salud de manera directa. Los dientes y las encías son los principales afectados en este terreno puesto que para ellos va directamente toda la suciedad y el germen que contienen las uñas y la piel de los dedos en general. Además, no solo hablamos de gérmenes sino que, cuando tenemos este hábito no descansamos en cuanto a llevarnos las manos a la boca y esto, puede afectar de forma severa a la mordida por el uso reiterado de los dientes.
Las encías son otro de los elementos que se ven involucrados en el acto de morderse las uñas, ya que unidas directamente al diente el movimiento que hacemos puede llevar a arañarnos las mismas y provocar un fuerte sangrado lo que no solo provocará infecciones sino que posibles lesiones leves en la boca.
Por último, las uñas. Las protagonistas de este hábito también son víctimas de ello, ya que la acción puede provocar un desgaste de las mismas y en algunos casos especiales, incluso llevarlas a una imagen deforme. Este aspecto es mucho más estético pero igualmente importante, ya que cuando tenemos una presentación pública en cualquiera de sus ámbitos las manos, son un elemento fundamental y el cuidado de las mismas es un gesto muy significativo para quien tenemos delante.
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